Para conocer la historia del origen de la escuela con internado para niños es necesario remontarnos varios siglos atrás, y ubicarnos en la Gran Bretaña.
No obstante, fue hasta inicios de 1800 cuando creció el concepto como tal de no sólo asistir a la escuela, sino permanecer en ella las 24 horas del día los 7 días de la semana hasta haber concluido los estudios de manera satisfactoria.
En ese entonces, resultaba común que una gran cantidad de familias inglesas pertenecientes a la clase alta que se dedicaban a servir a gente en el extranjero, específicamente en roles relacionados directamente con la milicia o el gobierno, desearan que sus hijos fueran educados en Inglaterra, lo que ocasionó la aparición de más y más internados buscando satisfacer la demanda.
Por lo tanto y a diferencia de lo que muchos piensan, fueron los internados de Estados Unidos los que modelaron sus escuelas a los internados ingleses, y no al contrario. En ese sentido, el internado más antiguo que se tenga registrado en Estados Unidos es la West Nottingham Academy ubicada en Maryland, cuya fundación data del año 1744.
Al igual que sucedió en el país de Inglaterra, los primeros internados de Estados Unidos atendían en su mayoría a hombres caucásicos ricos, así como también a niños del clero o la facultad.
Un detalle importante que no se puede dejar de lado cuando se habla de la historia de la escuela con internado para niños, es que muchos de ellos tienen sus orígenes en la religión. Como ejemplos de ello tenemos la Moravian Preparatory School para niños (fundada en Pennsylvania en 1800) y la Moravian School para niñas.
Del mismo modo, también fueron establecidas escuelas para americanos nativos, aunque en este caso su creación más que por cuestiones educativas se debe a una asimilación forzada. Pese a ello, a inicios del siglo XX el enfoque cambió a la educación local.
Y aunque lo primero que para muchos se viene a la mente a la hora de hablar de un internado son las escuelas militares, no fue sino hasta finales del siglo XX, específicamente durante la década de los noventas, cuando más y más internados comenzaron a crearse con el fin de atender a los adolescentes con problemas de comportamiento.
