¿Debes llevar a tu hijo a un centro de rehabilitación para jóvenes con problemas de conducta? Permítenos ayudarte a responder ésta difícil pregunta.
En realidad, más que difícil, en la mayoría de los casos se trata de una pregunta dura de contestar. Es de ese tipo de interrogantes cuya respuesta sabemos muy en el fondo, pero no queremos aceptarla. ¿Será éste el caso de tu hijo?
A como de lugar, hay que evitar el deterioro de las relaciones entre padres e hijos. Por ello es que cuando se tiene a un hijo rebelde en casa, lo recomendable es consultar con psicólogos cuya especializada sean precisamente los jóvenes con problemas de conducta.
Cuando se presenta esta situación, hay que dejar en claro que ni el padre, ni la madre ni el hijo tienen la culpa en lo absoluto. En realidad, estamos ante problemas originados debido a toda una serie de factores que interactúan entre sí hasta entrar en conflicto. Un par de ejemplos de estos factores son los estilos para educar de los padres y el carácter de los propios jóvenes.
Conforme un menor va adoptando malos comportamientos, la relación del seno familiar se va haciendo más y más difícil, al mismo tiempo que la actitud del adolescente hacia el cambio es más reacia.
Una respuesta habitual de los padres ante un hijo rebelde, es ignorar el problema. Esto suele hacerse con el objetivo de “evitar problemas”, tratando de minimizar las discusiones al mínimo. Como padres, tomar esta actitud lo único que hace es transformar de manera paulatina esos malos comportamientos en hábitos, los cuales cuando finalmente alguien quiera cambiarlos resultará poco menos que imposible.
El que un hijo pase a la etapa de la adolescencia no significa problemas seguros. Claro, la actitud suele ser distinta, pues más que un apego el joven busca independencia, demostrar que puede valerse por sí mismo tomando sus propias decisiones.
Sin embargo, cuando se sobrepasan todo tipo de límites, como por ejemplo el de la libertad para pasar al libertinaje, es necesario recurrir a los expertos de un centro de rehabilitación para jóvenes con problemas de conducta.
En el momento en que los padres sienten el respaldo y la guía de psicólogos con años de experiencia, suelen perder el miedo y la inseguridad al momento de actuar. Por otro lado, los jóvenes se sienten comprendidos por alguien ajeno al entorno familiar, lo que facilita un cambio de actitud volviéndolos mucho más colaborativos.