Los internados para jóvenes de secundaria con problemas de conducta son una alternativa importante como ayuda para que los hijos aprueben sus materias y mejoren sus problemas de comportamiento.
Así mismo, es importante tomar en consideración que al contrario de la creencia generalizada, los internados para jóvenes de secundaria no sólo tienen como objetivo el que los hijos rebeldes aprueben sus materias y mejoren su conducta, sino que van más allá.
En los mejores internados, es decir, en aquellos que cuentan tanto con las instalaciones adecuadas como con un personal capacitado, los jóvenes terminan por adquirir herramientas y estrategias de estudio que les acompañarán y serán de gran utilidad el resto de sus vidas, no sólo para cuestiones académicas, sino personales, sociales y laborales.
Cuando un joven se ve a sí mismo inmerso en un entorno donde cuenta con un trabajo cotidiano, en el que además se le da seguimiento de manera puntual y personalizada a lo que hace, se sorprende a sí mismo estudiando. Como consecuencia de ello, termina por darse cuenta de que si estudia, se esfuerza y persevera, consigue aprobar, lo que al final del día relaciona y aplica en todos los ámbitos de su vida: esforzarse para sobresalir.
Cabe enfatizar en que si los problemas de conducta del joven son consecuencia de conflictos en la dinámica familiar, el trasladar al joven a un internado no necesariamente arrojará los resultados esperados.
De igual forma, los internados para jóvenes de secundaria no deben ser usados como un castigo. Antes de tomar una determinación, es el deber del padre y la madre hablar con su hijo, e incluso con los profesores, para de manera conjunta poder detectar y reflexionar sobre los problemas de conducta que se han venido presentando.
La efectividad de los internados está más que comprobada, pero antes de recurrir a uno es necesario evaluar cada caso en particular, ya que no en todas las ocasiones termina por ser la opción más idónea.